Cuando uno dice que le gusta escribir, normalmente la gente asocia la afirmación de inmediato con la poesía y si quien lo dice es una mujer, entonces será algo romántico. Claro, la gente adolece de un terrible defecto, la generalización y lo que su propia experiencia le indica, sin imaginar que más allá de su rutina diaria hay un enorme mundo de posibilidades.
En cuanto a la poesía se refiere, solo diré que la concibo como un arte mayor. Un don que cada tanto un grupo de privilegiados obtiene. A mi no se me ha dado, aún cuando hay una técnica, no me atrevería. Sin embargo reconozco algo bueno cuando lo leo. Alejandra Pizarnik es una de las personas que más me ha conmovido en ese sentido. Su poesía es de una ternura inusitada incluso para transmitir el tormento de la propia vida. Ella piensa en la poesía como una manera de escapar y salvarse de lo que concibe como "el horror de la civilización".
Primer Poema que da título al libro "La última inocencia"
Partir
en cuerpo y alma
partir
Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir
He de partir
Pero arremete, Viajera!
Un par de poemas entrañables, tal vez una plegaria en susurros el 3 y el 35.....
3.
sólo la sed
el silencio
ningun encuentro
cuídate de mi amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra
35.
Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida
déjate enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche, déjate caer y doler, mi vida
Imágenes de una ternura y delicadeza extremas
"No me hables del sol, porque me moriría. Llevame como una princesita ciega, como cuando lenta y cuidadosamente se hace el otoño en un jardín"
Signos
Todo hace el amor con el silencio
Me habían prometido un silencio como un fuego
una casa de silencio,
De pronto, el templo es un circo y la luz un
tambor
Y el final....
La noche soy y hemos perdido,
Así hablo yo, cobardes
La noche ha caído y ya se ha pensado en todo.
Extraído de la biografía de Cristiña Piña sobre Alejandra Pizarnik
Libros de Alejandra Pizarnik
La tierra más ajena, Bs. As., Botella al mar, 1955
La última inocencia, Bs. As., Ediciones Poesía Buenos Aires, 1956
Las aventuras perdidas, Bs. As., Altamar, 1958
Arbol de Diana, Bs. As., Sur, 1962
Los trabajos y las noches, Bs. As., Sudamericana, 1965
Extracción de la piedra de la locura, Bs. As. Sudamericana, 1968
Nombres y figuras, Barcelona, La esquina, 1969
La condesa sangrienta, Bs. As., Acuarius, 1971
El infierno musical, Bs. As. Siglo XXI, Argentina, 1971
Los pequeños cantos, Caracas, Arbol de fuego, 1971.
"Y que de mi solo quede la alegria de quien pidio entrar y le fue concedido." 14 de marzo de 1991
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