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Davidoff a the parfum ! mil disculpas a mis padres.....

14 jun 2019




A esta altura, todos saben que no solo vivo en y de la nostalgia, sino que la culpa me invade por todo y soy una gran llorona, no les voy a mentir también una gran bebedora. No voy a hablar del cristianismo, voy a pedir disculpas a mis padres a los 48 años -y seguiré teniendo 48 hasta el fin de mis días-, Mi generación intuía y veía, desde su más tierna edad, todo lo que rodeaba a su familia. Claro ellos no estaban separados, pero sufrían. Yo intentaba proteger a los dos, pero terminé perjudicándolos o simplemente entristeciéndolos hasta que finalmente uno de ellos murió por mi culpa o no .....simplemente falleció un día cualquiera como dicen, a las tres de la tarde. Y yo me di por muerta y culpable. 

                    Ahora creo que puedo contarles, de la parte cruel de mi adolescencia, o un poquito mala, porque nuestra generación en realidad era muy dócil. Cada vez que mi papa viajaba, no recuerdo ahora si yo se lo pedía, pero siempre me traía aun perfume que no me gustaba. Es muy fuerte, como de viejo gritaba furiosa y me iba dejandolo abierto sobre la mesa. El no me decía nada, era un Davidoff, el más caro, top, último modelo. Por supuesto, yo entonces ignorante de todo, al rato resignada y con mi mejor cara de orto, volvía a buscar el perfume, el agradecimiento era un paga Dios.

                       Cuando mi mamá se enfermaba de esa enfermedad atroz que de pronto la devoraba, la internaba y se encargaba él mismo de lavar la ropa, plancharla y cocinarnos. Ahí les tiro otro recuerdo de la bruja mala del oeste. En ese entonces, nadie preguntaba, se comía lo que había. Era noche, yo estaba en mi cuarto con una amiga, golpeo y nos llamó a cenar. No me pregunten por qué, pero le grité hasta en latín, y el tipo se fué. No me gustaba lo que había preparado y no lo íbamos a comer. Mucho tiempo después me enteré por mi mamá, que estaba orgulloso de mi, le había contado del día aquel que le grité en presencia de una amiga por una comida tonta, y él tomó eso, como que iba a tener una personalidad fuerte como para pelear y defenderme. Mientras escribo pienso que tal vez no sea una disculpa, sino la historia de una persona como cualquier otra o algo tan aleatorio que no demanda disculpas, sucede y nada más. Pero sentí muy fuerte su presencia cuando en ese shopping de bajada y de subida me dieron el papelito con la fragancia del nuevo Davidoff. Cuando estaba en quinto año, me empecé a dar cuenta de todo, tenía más aplomo.
                            Leí un libro sobre la enfermedad de mi mamá, y lloré por todo lo que le había gritado. A veces cuando venía la ambulancia a buscarla, yo dudaba y pensaba que se estaban equivocando, la veía trabajar de sol  a sombra en la escribanía en la que luego iría a ayudarla. Cuidar a mis abuelos, a nosotras, comprar la comida, que con Amelia tenían atesorada en un librito para no apartarse del guión, Los lunes se almorzaba esto y se cenaba aquello y así sucesivamente. Por supuesto mi mamá le había enseñado a Amelia a cocinar. Recuerdo tardes, noches enteras viajando hermanas ambas, con madre agotada, todas en colectivo, yendo al odontólogo y demás, para volver exhaustas las tres de la misma forma a cenar algo que yo aborrecía. No había shoppings, ni paradas para dar una vuelta y traerse algo lindo. No había tiempo ni plata. Los brotes de mi mamá eran sanguinarios, y puntuales siguiendo el compás de las estaciones. Pero internarla era un alivio hasta que los días pasaban y lloraba extrañándola. Ella era más inteligente que él y ambos demasiado buenos. Demasiado lo que pudieron....

                         Volviendo a mi papá, ya casada, me preocupó que se fuera como Don Quijote a un país centroamericano, donde se había desarmado el gobierno, que tomado por los militares también pretendía hacer desaparecer a los jueces, a quienes se encontraba muertos por aquí y por allá. Le mandé un mensaje a su celular, no contestó, pero por suerte, y aunque intentaron que no descendiera del avión, el tipo se salio con la suya  y logró  bajar y acercarse a un grupo de jueces, que pese a estar amenazados, lo esperaban con una ingenuidad igualita que la mía, como se esperaba volvió sin resultados positivos, no pudo hacer nada.

                               Hubo muchas épocas de vacas flacas, y enfermedades. Pero yo confiaba en ambos. Mi papa viajaba en colectivo, no teníamos auto, no podíamos. Había alquilado un departamento en el centro para usarlo como estudio jurídico y allí se pasaba el día hasta la noche esperando que algún cliente apareciera. Mientras tanto a mi hermana y a mi, la entonces mejor amiga de mi mama, la polaca, nos hacía la ropa. Nos daba verguenza ir a los cumpleaños. De hecho, a mi me invitaron a todos los cumpleaños de quince y no fui a ninguno porque no tenía ropa como para ir a semejantes fiestas.

                                             Y sin embargo, mi hermana y yo éramos felices a nuestra manera, nunca los juzgamos, hubo peleas si por supuesto. Pero ambos estuvieron siempre ahí, tal vez con mentiras de por medio.....que de los dos lados yo conocía. Ambos sufrieron mucho y, hoy papá lo lamento mucho, hubiese querido que vieras como están las nenas, gracias por el final amoroso, ese que me miraba triste, cuidar a las dos chiquitas, mientras hacía sentencias, ese que se daba cuenta de todo lo que hacía entonces el padre de las nenas y de todo lo que no hacía.....Ése que una noche, vió como yo me encargaba de unos vecinos quilomberos, que hacían fiestas permanentes, y no dejaban que Agustina bebé, pudiera dormirse y yo descansar, me vio cruzar la calle y encararlos al grito de "Tengo una bebé, no puedo hacerla dormir, podrían bajar la música ?"....mientras el padre miraba como si estuviese en otro lugar, sin hacer absolutamente nada. No te preocupes papa, se lo fuertes que tuvieron que ser después de la muerte de "María Laura", la que hoy sería mi hermana mayor....Feliz día del padre

                         
      

2 comentarios

  1. Hola Anita. Pasando a leer un trozo de tu vida y a dejarte mis cariños.

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  2. Hola!la nostalgia a veces nos trae recuerdos tan similares....Vivamos el presente!!!

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Cuentos de Hadas suburbanas . Todos los derechos reservados. © /Desarrollo: Maira Gall / Ilustraciones: Lau Rolfo