Llorar, lloras igual, pero parece que con miles de beneficios... Por eso voy a empezar por el final del cuento pero con perfil realista y siciliano :
"Y así, vivieron como mujer y marido
mientras nosotros luchamos sin haber vivido
Ahora están felices y contentos
y nosotros aquí sin un céntimo.
Mi cuento fue escrito, mi cuento fue contado
cuéntame ahora el tuyo que el mío es anticuado
Quedaron felices y contentos por doquier
y nosotros todavía sin pagar el alquiler"...
Extraído de "El irresistible cuento de hadas" de Jack Zipes
Sobre los nuetrientes de la cebolla colorada no hay duda, si la hay sobre las cualidades de la gente. Y ahí se me ocurrió, todos estamos de acuerdo - por lo que leí - en que la cebolla colorada previene la osteoporosis, es más rica en antioxidantes, especialmente la antiocianina que le da el color, tiene efectos terapéuticos, como la reducción de las enfermedades coronarias, es antiinflamatorio, mejora la agudeza visual, el sistema inmune y el sistema circulatorio.....además para mí es más suave que la blanca y más dulce.....
Ahora pongámosle que tenemos una persona. Cualquier persona, cuáles serían las concesiones que aporta al resto, o a las cebollas ? o a las papas ? o a los animales ?. Una persona, qué le podría ofrecer a un elefante ? y a una Jirafa ?.....Me fui al pasto o a la selva como quieran.Pero de verdad, si el lobo se come a caperucita, le mejora la circulación ? porque antes de comérsela bien que tenía ojos grandes para verla mejor, orejas grandes para oírla mejor y dientes grandes para comerla mejor !!!! Seguro, mucha cebolla morada....
Empiezo de nuevo, había una vez una hermosa familia. Una madre muy comprensiva, un padre hiperactivo y deportista, una nena ruidosa, muy divertida, y otra con profundos ojos de princesa. Vivían con cierta normalidad, que es lo que los demás aceptaban para tenerlos relativamente cerca. Pero en realidad llevaban una vida más compleja. En efecto, sobrevivían a situaciones adversas, lo cual era de por sí un arte mucho más importante que aprender a vivir según la clásica moral. Les costaba ser buenos o malos, literalmente, cuando eran espontáneamente buenos no les tocaba nada, más bien salían magullados, y cuando se hacían los malos no se los creía ni el lobo feroz....
Pero su vida estaba orquestada hasta el mínimo detalle por su ama de llaves Amelie, que se destacaba por sus conocimientos culinarios y su intransigente sentido de la practicidad en el día a día. En esos casos, la madre perdía comprensión, y ganaba ira, pero como no quería exagerar, le seguía la corriente al pie de la letra hasta quedar psicológicamente exhausta. Amelie, ni se enteraba.....Entonces pasó lo de la cebolla morada. Ese día la mama, había tenido un día de trabajo muy del carajo, y el viaje hasta su casa no había disminuido en nada la tensión. Apenas puso los pies del otro lado de la puerta, escuchó a Amelie rezongar desde la cocina. Pero señora, no hay nada para cocinar, ni cebolla, ni papa, ni polenta, ni verduras en general, no hay aceite y las croquetas de arroz las tuve que hacer con harina leudante y cebolla colorada ! La mamá, se sintió mareada recordó que el día anterior le había pedido que preparara un arroz con pollo, pero como Amelie creía que era sabionda de las nenas, la convenció para modificar un poco el plato, y hacer por un lado arroz, y por el otro el pollo al horno, porque a la más chica mezclado no le iba a gustar.
La mama, como siempre aceptó, pero se encontró con que Amelie había hecho arroz para toda Nueva Guinea Ecuatorial. Ahí nomás, decidió pedirle que al día siguiente cocinara croquetas de arroz......El primer error fue discutirle sobre cuánto mejor era la cebolla colorada, la disputa llegó a tal punto, que la que se retiró colorada a su habitación fue la madre, que de buena no le sugirió en ningún momento que quizás Amelie se había extralimitado en el gasto del arroz. Amelie (dígase Ameli), no sólo se salió con la suya ponderando la cebolla blanca para hacer esa cocción, sino que no se sintió nunca en off side por haber usado tremenda cantidad de arroz.
Ahí, no terminó la cosa, cuando la mamá pensó que no tenía importancia lo de la cebolla, y decidió volver a la cocina se encontró con la barracuda Amelie diciéndole que le dejaba el preparado de las croquetas pero que con una técnica que le iba a enseñar, ella era quien las iba a cocinar a la noche para que estuvieran más deliciosas. Dijo : "el aceite caliente, luego se lo baja un poquito para freir sin quemar, se toma con una cuchara una cantidad del preparado y con un tenedor se lo desliza a la sartén, se aplasta un poquito, lo da vuelta de ambos lados para que esté dorado y listo". Eso, dijo "y, listo", como si fuera una pavada.
La mamá, tenía una mala noche, pero le iba a probar que las croquetas saldrían perfectas, especialmente por su sabor celestial producto de la cebolla morada. Agarró la sartén, más grande que encontró, le puso una botella de aceite y un poco más, pensó que era una lúcida que tenía ojo para las medidas si tomaba en cuenta la montaña de arroz que sobresalía de un bowl gigante. Pasaba el tiempo y el aceite no se calentaba mas, el padre había subido a cambiarse con la promesa de venir a ayudar, ella se sirvió una copa de vino mientras las nenas jugaban. Una hora y media estuvo friendo, primero pedazos de arroz crocante, después enormes masas informes, para terminar con unas bolitas como canicas......cuando iba por la tercera copa y las formas le resultaban más atractivas se dió cuenta que eran las 10 de la noche. El padre bajó corriendo, y la mandíbula se le cayó de solo verla y todavía le faltaba arroz por freír !.....A las once de la noche con unas ojeras que le ocupaban la mitad de la cara, la madre se acercó sonriendo con un enorme plato lleno de arroz en todas sus formas, estrellado, aplastado, chiquito, enorme pero en pedazos que ella concebía como hermosas croquetas y con un sabor especial fruto de la cebolla morada........
A la mañana siguiente, Amelie la llamó al trabajo para preguntarle por qué había tremendo olor a frito en la casa......- en medio de una discusión de la frágil y dulce mama, con una camarista de peinado afro y mirada de asesino serial......no pudo ser más oportuna -, y entonces cual dócil corderito a punto de ser degollado por ambas, la madre confesó que tal vez sería por las casi dos horas que tardó en freír las torrejas.........Ahí nomás, la carcajada hizo eco hasta sonar igual a la de la película china que le provocó más terror en su vida.....esa la de la nena ahogada en el tanque de agua, como ella hundiéndose en las propiedades de la cebolla morada y en las profundidades del bosque con Amelie y el lobo feroz......
Pero su vida estaba orquestada hasta el mínimo detalle por su ama de llaves Amelie, que se destacaba por sus conocimientos culinarios y su intransigente sentido de la practicidad en el día a día. En esos casos, la madre perdía comprensión, y ganaba ira, pero como no quería exagerar, le seguía la corriente al pie de la letra hasta quedar psicológicamente exhausta. Amelie, ni se enteraba.....Entonces pasó lo de la cebolla morada. Ese día la mama, había tenido un día de trabajo muy del carajo, y el viaje hasta su casa no había disminuido en nada la tensión. Apenas puso los pies del otro lado de la puerta, escuchó a Amelie rezongar desde la cocina. Pero señora, no hay nada para cocinar, ni cebolla, ni papa, ni polenta, ni verduras en general, no hay aceite y las croquetas de arroz las tuve que hacer con harina leudante y cebolla colorada ! La mamá, se sintió mareada recordó que el día anterior le había pedido que preparara un arroz con pollo, pero como Amelie creía que era sabionda de las nenas, la convenció para modificar un poco el plato, y hacer por un lado arroz, y por el otro el pollo al horno, porque a la más chica mezclado no le iba a gustar.
La mama, como siempre aceptó, pero se encontró con que Amelie había hecho arroz para toda Nueva Guinea Ecuatorial. Ahí nomás, decidió pedirle que al día siguiente cocinara croquetas de arroz......El primer error fue discutirle sobre cuánto mejor era la cebolla colorada, la disputa llegó a tal punto, que la que se retiró colorada a su habitación fue la madre, que de buena no le sugirió en ningún momento que quizás Amelie se había extralimitado en el gasto del arroz. Amelie (dígase Ameli), no sólo se salió con la suya ponderando la cebolla blanca para hacer esa cocción, sino que no se sintió nunca en off side por haber usado tremenda cantidad de arroz.
Ahí, no terminó la cosa, cuando la mamá pensó que no tenía importancia lo de la cebolla, y decidió volver a la cocina se encontró con la barracuda Amelie diciéndole que le dejaba el preparado de las croquetas pero que con una técnica que le iba a enseñar, ella era quien las iba a cocinar a la noche para que estuvieran más deliciosas. Dijo : "el aceite caliente, luego se lo baja un poquito para freir sin quemar, se toma con una cuchara una cantidad del preparado y con un tenedor se lo desliza a la sartén, se aplasta un poquito, lo da vuelta de ambos lados para que esté dorado y listo". Eso, dijo "y, listo", como si fuera una pavada.
La mamá, tenía una mala noche, pero le iba a probar que las croquetas saldrían perfectas, especialmente por su sabor celestial producto de la cebolla morada. Agarró la sartén, más grande que encontró, le puso una botella de aceite y un poco más, pensó que era una lúcida que tenía ojo para las medidas si tomaba en cuenta la montaña de arroz que sobresalía de un bowl gigante. Pasaba el tiempo y el aceite no se calentaba mas, el padre había subido a cambiarse con la promesa de venir a ayudar, ella se sirvió una copa de vino mientras las nenas jugaban. Una hora y media estuvo friendo, primero pedazos de arroz crocante, después enormes masas informes, para terminar con unas bolitas como canicas......cuando iba por la tercera copa y las formas le resultaban más atractivas se dió cuenta que eran las 10 de la noche. El padre bajó corriendo, y la mandíbula se le cayó de solo verla y todavía le faltaba arroz por freír !.....A las once de la noche con unas ojeras que le ocupaban la mitad de la cara, la madre se acercó sonriendo con un enorme plato lleno de arroz en todas sus formas, estrellado, aplastado, chiquito, enorme pero en pedazos que ella concebía como hermosas croquetas y con un sabor especial fruto de la cebolla morada........
A la mañana siguiente, Amelie la llamó al trabajo para preguntarle por qué había tremendo olor a frito en la casa......- en medio de una discusión de la frágil y dulce mama, con una camarista de peinado afro y mirada de asesino serial......no pudo ser más oportuna -, y entonces cual dócil corderito a punto de ser degollado por ambas, la madre confesó que tal vez sería por las casi dos horas que tardó en freír las torrejas.........Ahí nomás, la carcajada hizo eco hasta sonar igual a la de la película china que le provocó más terror en su vida.....esa la de la nena ahogada en el tanque de agua, como ella hundiéndose en las propiedades de la cebolla morada y en las profundidades del bosque con Amelie y el lobo feroz......
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