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Todos mienten....

24 may 2020



Eso es lo que piensa ella, especialmente en las redes sociales. Sobre una felicidad que no es real. Hace poco, una de las últimas veces que estuvo en la casa de su niñez, robó un libro, en realidad no, ni su madre, ni su hermana leen lo mismo que ella, de modo que no hubo hurto, después de todo podría seguir ahí si quisiera. Pero no, su familia, lo que quedó de ella está consumido por la enfermedad, esa que ya no soporta. Ella como sus hijas adolescentes (por menos), ante la imperativa orden de una psiquiatra que en ese momento trataba a su mamá,  huyó de su casa porque la profesional afirmaba que era una telaraña, e iba a terminar por enfermarse también. Retrocediendo un poco, y sin perjuicio de lo que aquella asombrosa mujer le vaticinara, en el mientras tanto le explicó de que se trataba esa enfermedad, y le enseñó, a hablarle a su madre de forma positiva, quitando el dramatismo, que  la caracterizaba. Se trataba de personas que sufrían hasta por tener que darse un baño.

Aprendió rápido, lloro mucho por no haberlo sabido antes, con la santiagueña que las cuidaba, sufrieron y se asustaron mucho. Se aliviaban cuando su papa la internaba, pero Ella, a los pocos días la extrañaba, y dudaba si lo que su mamá decía, mientras la arrastraban con una camisa de fuerza a la ambulancia, "todo esto no es más que un complot de mi suegra y mi marido", fuera cierto.

A veces su papa le decía, que muchos hombres se divorciaban y le contaban cosas de su mujer, como las que le ocurrían a él y a ellas. El trataba de decirles que tal vez sus mujeres, necesitaban ayuda. Sabía que su mamá, era la que las cuidaba, y las llevaba colgadas de un bondi a todos los médicos. Trabajaba hasta los fines de semana haciendo escrituras, certificaciones de firmas, etc, todo lo que hace una escribana, cuidaba a sus abuelos, y con Amelia, a la que le había enseñado a cocinar, ordenaba la comida de toda la semana. Hasta que de pronto, simplemente estallaba !, tomaba mucha bebida blanca, fumaba de una manera rara, que hacía que todos los comensales de una confitería se dieran vuelta a mirarla, mientras ellas con su hermana se alejaban,  e  intentaban volverse diminutas en esa escena. Papá aguantaba, por supuesto buscaba calor, y paz en otras mujeres. Ella los entendía a ambos, sufría, cuando empezaba a notar el cambio de voz, y mirada. En ese entonces no sabía de su enfermedad.

  Ahora casi con 50 años, piensa que su papa lo sabía, a pesar de llantos y pataletas, él fue quien la sacó de ahí, la obligó a estudiar y trabajar, justo cuando le habían salido todas las materias de la facultad con una sufrida amiga del CBC, pensando en lo mucho que se iban a desquitar de un secundario oscuro, porque de a poco se habían dado cuenta de quiénes eran y qué querían, así que ahora estaban convencidas que iban a divertirse a lo grande. Entonces les dijo, que para divertirse estaba el secundario, la facultad era un asunto serio.

Ahora estamos en el 2020, mis hijas huyeron de mi, alegaron que yo no estaba enferma como mi mama, y sin embargo me trataron como si fuera una loca, son adolescentes, van y vienen. Tienen un padre, que olvidó lo que creía que era, una buena persona. Ella también explotó. Si ex marido de pronto, le expresó un enojo feroz porque tardaban para salir y llegar al colegio con él.A partir de ese momento se negaba a venir a buscarlas para llevarlas al colegio, lo mismo que a ningún otro lugar, ni siquiera por la noche. Así que ella debía estar con las chicas en el colegio 7.30 hs, y a la misma hora en el trabajo, porque era funcionaria. El edificio de Tribunales en el que lo hacía, quedaba cerca del microcentro, con lo cual, aterrizaba con un ataque de nervios a las 9  hs. de la mañana. Se comió terribles caras de horto de jefes y funcionarios de su palo, el colegio para todo la llamaba a ella si les pasaba algo, él nunca podía, asi que la tipa salía volando, dejando pilas de trabajo sin hacer, angustiada por lo que pudiera tardar en estar con ellas. Pero lo del trabajo no le importaba, lo que más le gustaba era dormir con ellas. Pero claro, entre que él, no cumplía el régimen de visitas, ni le pagaba alimentos. Sufría, lloraba espontáneamente, se tomaba una botella de vino, se perdía en el dolor de las tres.....sin embargo nunca entendieron, le dijeron que se victimizaba sin pensar en ellas, nada que ver, no podía soportar la tristeza a las que su ex las había sometido a las tres. Con la adolescencia de la mayor, empezaron los roces, le contestaba, se le escapaba, la asustaba a su hermana más chica. Y claro tres mujeres solas y un divorcio. Su ex, de pronto se convirtió en un padre preocupado por la suerte de sus niñas, con esta madre, que dijo estaba enferma como la abuela. Hace rato recibió un whatsapp de su hija mayor, diciéndole que hoy era el cumpleaños de su perra....Ella fue vulnerable a las maniobras de su ex para sacarle dinero a su familia, su papa, nunca quiso que se casara con él, de hecho compró la casa para ella y sus nietas. Le advirtió sobre sus infidelidades desde que su hija mayor era bebe, pero siguió adelante hasta que por fin él se fue, y para hacerla grande se llevó dos adolescentes inmaduras, mucho más fáciles de manipular, que un adulto. Listo lo dije por milésima vez, asustada porque recién ahora empecé a comprender muchas cosas de mi padre, y no podría vivir si éstas nenas, como en un jurado americano, por la duda de solo una, me declararan "Not guilty". 

Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias"....Podría haberlo dicho José Hernández. No estoy segura y espero que mi personaje, no se vuelva una bestia

Historia de una casa en cuarentena

5 may 2020





Ella sigue cargando su soledad, pero una que no hace más que sacarle carcajadas, y reunirla con gente desconocida. De modo que no puede hablar de algo que no está pasando, en realidad es un retiro condicionado. Una demostración de ello, es que su presencia hace que la casa, como un niño o un a perra, su bretona, le demande atención, entonces cual película de terror, las cosas se le rompen una tras otra. No ve "gente muerta", ni  objetos  moviéndose, o puertas abiertas que antes cerró.  Pero nota que  la casa está detonada por su presencia. Un poco la comprende, porque a ella le pasaba antes de divorciarse, ella necesitaba regresar antes que su entonces marido, para que el tiempo hasta su llegada, le bajara la rabia de un plumazo y pudiera, sostener lo que ya no era. En el caso de ella, empezó a haber distancias silenciosas, algo se cocinaba entre ambos. Su conclusión no fue otra que esa, la casa no la estaría soportando en su interior todo el tiempo. No sería, en este caso una cuestión seria, sino una cosa de espacios, la casa necesitaba volver a su rutina, ella no.

 Primero empezó por inundársele la cocina, por supuesto con lo que ello supone, todo el interior de los muebles  y objetos dentro,  y debajo de la pileta, porque el agua, esquivaba las cañerías, y se arriesgaba entre blems, lavandinas, repuestos de lamparitas de luz y otros productos, todo mojado. Eso no la desanimó, plantó bandera y dió batalla. Todos los días iba a lavar vajilla y demás en los baños de la planta alta. Hasta que el confinamiento, permitió que plomeros y electricistas, la rescataran de cada mínima catástrofe, con la que la casa como la vida la apaleaba. 

Una noche, la indujo a ver una pelicula de terror, quiso asustarla, y lo logró, gritó hasta aterrar a la perra, se pasó de copas, y como estaba desacostumbrada no pegó un ojo en toda la noche, la cama le giraba, igualito que cuando pendeja, volvía pasada de Rainbow o algún otro lugar donde la adolescencia, la trasladaba para reirse un poco,  de cierta mezcla de inmadurez y arrogancia, que la hacía provocar estragos en la vida real, de los que no tenía por supuesto ni sapiencia, experiencia o control entonces, solo una adrenalina desmesurada y antojadiza de aventuras.  Vomitó, lloró sola, pero ni lerda ni perezosa, asumió su responsabilidad de adulta, aunque no recuerda en que momento finalmente se durmió. Al despertar, ya se sentía mejor, recordó algo de la noche, y se dirigió inmediatamente al baño, horror, el diablo descargó su ira sobre el inodoro, las paredes, después desapareció y la dejó dormir. No acusó recibo, decidió tomar su café, le habían caído whatsapp, mensajes, algo de mercado libre, facebook, correo. Cuando llegó a la cocina, no salía agua, ahora tenía el bendito sistema de PSA, no cree que de esto la vaya a sacar el Chapulin colorado, recordó que el chico que se lo instaló, le dijo que podía llegar a taparse la salida del agua y le mostró, como destrabarla con una especie de destornillador, novedoso por lo pequeño, absolutamente de plástico, lo intentó, algo giró, pero ya no tenía fuerzas. Decidió salir a pasear a su perra y librar a la casa por un rato de ambas. Tal vez, mágicamente el aparato volviera a funcionar. Fue cuando regresó, más lucida y animada que se le ocurrió que tal vez hubiesen cortado el agua. Empezó abriendo todas las canillas de la planta baja, nada, ni una gota de agua fría, le preguntó a algunos vecinos. El barrio entero no tenía agua !!!!, no era un coletazo de la casa. Suspiró y entró victoriosa !!!

Quien era la dueña de la casa eh ????...Entró a tweeter porque el 0800 para la atención al público de aysa, estaba complicado, no había gente para contestar e informar eso de la falta de agua. Hizo un escrache masivo, y escuchó que el lavarropas había terminado. Cuando fue a poner la ropa en el secarropas, la casa le dio con un jab, al encenderlo se oía un ruido como de auto ahogado, probó tres veces más hasta que el olor a quemado invadió todos los ambientes,  tal vez era azufre lo que percibía, otra vez intentaba provocarla, si la casa, que viene a ser la protagonista del cuento, la quería espantar de nuevo anunciándole que podía tener una patita en el más allá. Lo que unas cuantas paredes, y un techo de madera y tejas no sabían, eran los dotes para el tenis de su dueña. Un saque, y una buena bolea adelantada, le cerraron el pico y le quebraron el servicio, tomo el celular, buscó tienda on line garbarino y en una semana tenía un nuevo secarropas, mucho más moderno y potente que el anterior, (aplausos, ovación).

Ahora, ella y la casa están a mano, cada una sabe quien es la otra, se respetan la cuarentena. Ella sale con Pipi, por lo menos una hora por día salvo cuando llueve. Antes de las 20 hs. en que todos los negocios cierran, tiene otra rutina de salida. El tema son las plantas y la limpieza, por eso este techo de ella, firmo una tregua, porque de eso se está encargando ella !!!! 

Cuentos de Hadas suburbanas . Todos los derechos reservados. © /Desarrollo: Maira Gall / Ilustraciones: Lau Rolfo