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La vida de mama

19 oct 2020


 

A mi mamá le tengo una sorpresa enorme. En cuanto a mí, debo decir, que a veces parece que no puedo, y después voy y puedo. Mientras escribo esto, miro por enésima vez "Protegiendo al enemigo" con Denzel Washington y Ryan Reynolds. Debo confesar con tristeza, y como muchas saben que mis hijas se fueron a vivir con su papá, y su nueva mujer. Si, el parece que de golpe fue muy feliz, y para agregar dramatismo a la cuestión, vino un día contentísimo a decirme que se casaba. Aguanté, no lloré, me parecía que lo hacía simplemente por pasarme una factura, fruto de esa personalidad, de querer verme sufrir, de revolearme a la tristeza todo el tiempo. Me ganó el retruco cantado con un as en la manga. Ahí fue cuando empezó a desaparecer, y a cambiar pero para peor.


  En la novela que estoy leyendo, "La historia del amor" de Nicole Krauss, aunque de manera diferente, a la mujer  se le muere el marido, y en cierto punto siento empatía por ella, y su duelo, pero me parece más conmovedor, lo que hacen sus hijos pequeños. Es que nuestra protagonista, que era una mujer ordenada, abanderada entonces ya del feminismo, haciendo los millones de malabares que tal postura conlleva, ve como un día cualquiera se  le cae el fatalismo encima, la desorienta, (no puedo decirlo de otra forma que como lo hace esta dulzura de escritora), y en un mini capítulo que lleva por título "La razón de todas las cosas", la niña, cuenta :"Un día mi madre se levantó de la cama en que había estado durante casi un año. Parecía la primera vez que no la veíamos, a través de todos los vasos de agua acumulados alrededor de la cama y que Bird, (el hermano más chico), cuando se aburría, hacía sonar pasándoles un dedo húmedo por el borde. Aquel día mi madre nos preparó macarrones gratinados, uno de los pocos platos que sabía hacer. Nosotros fingimos que nunca habíamos comido algo tan bueno. Una tarde me llevo aparte, -de ahora en adelante te trataré como a una persona mayor -me dijo. Sólo tengo 8 años, quise responder, pero no lo hice. Ella volvió a trabajar. Andaba por la casa con un quimono de flores rojas, dejando un rastro de papeles arrugados. Antes de la muerte de mi padre era más ordenada, ahora para encontrarla, no tenías más que seguir los papeles llenos de tachaduras y al final estaba ella, mirando por la ventana o al interior de un vaso de agua como si en él hubiera un pez, que solo ella podía ver ". Luego, en la voz de los dos niños se irán disparando miles de travesuras, la más divertida : conseguirle un novio a la mamá. 


Digamos que lo mío fue aparentemente más caótico, un desastre inesperado. Mi primer duelo, se lo debo a mi  padre, el tipo que en un mismo día logró, no sólo acabar con su vida, sino terminar unas cosas de un Congreso multitudinario, que como siempre preparaba solo con la ayuda de mi hermana  menor, apuró el desayuno, habló con albañiles que estaban arreglando la casa. Se subió al sueño de toda su vida, "un Toyota Cambri", llegó al trabajo, conversó con empleados y funcionarios, y cuando todos se hubieron ido, después de preguntar a varios, me llamó para saber si quería ir a almorzar con él, le contesté que no, prefería volver a casa con mis hijas, cuando salía lo vi, alto con su sobretodo, pura elegancia, caminando hacia el restaurant. Almorzó sin saberlo como un condenado a la inyección letal que le quitaría la vida, y en el regreso a casa falleció. Después todo fue cuesta arriba, abajo, tardar en darme cuenta, perder fuerzas, llorar. Sentir una pared de cemento encima mío, no poder respirar, y dejo para el final, una escena que me describió una amiga, cuando estábamos enterrándolo : tu ex cotilleaba con su mamá de una manera repugnante. Durante el entierro abracé a miles de personas, especialmente a un amigo que no quería soltar, porque sabía que lo respetaba y me quería a mi. Mi ex, en ningún momento dio muestras de cariño, ni se acercó. Y según dice mi psicóloga, las perdí, no porque tuviera una patología de base, sino porque busqué una salida patológica a mi angustia,  el alcohol. Entiendo que entre el odio que le tenía, como cualquier hija de vecino, a mi suegra y a mi ex, me enardecía en las noches, y les gritaba atrocidades a las chicas. Por supuesto como sucede en toda resaca, al día siguiente no recordaba nada. Tampoco es que esto sucediera sin parar, lo mechaba, con dormirme llorando en el suelo de la cocina, pensando que ellas se habían dormido. Si, ya se que lo conté, pero tal vez otras hayan pasado por una suerte de "Dirty Jones" (Netflix), y se sientan cercanas a mi. Para las divorciadas, que se reconocen en mi, que no la vieron, sugiero que no lo hagan, es terrible. Yo vi el primer capitulo de la serie y lloré toda la noche, tan sufrido e injusto todo. Yo nunca llegaría a tanto, pero creo que en esa situación histórica y social, tal vez, hubiese hecho lo mismo.


Las madres de otras adolescentes parecen comprenderlo todo, con la diferencia que ellas si tienen a sus hijas con ellas. Ahí me acuerdo de una amiga, que me dice todo el tiempo : disfrutá, sabes lo que es aguantar dos adolescentes histéricas. Tengo 49 años, no me importa la edad, me da pena saber que ya la ilusión de la familia fue, y en el mientras tanto estoy en un pantano, mentiroso, que no permita que me hunda del todo, me tiene a medio cuerpo con esa loca idea de "No bajar los brazos, dos minutos antes del milagro". Toda la gente que me quiere, como en una viñeta de Tute, agita una pancarta que dice, no les hables más, solitas van a volver. O, cortales los víveres, no hagas con tus hijas lo que hiciste con tu ex.


Mandate a guardar, con suerte en un par de años la mayor madura, entiende y vuelve, sí como lo escuchan, digo como lo leen, "EN UN PAR DE AÑOS", y quien me devuelve el tiempo perdido. Lo siento muchísimo me sale lo que me sale. Se todo lo que les gusta a mis hijas. Por ejemplo : hoy miré una película chilena, cuyo título estaba en Inglés. Raro. Preciosa. Recomendada por amiga. Y claro el protagonista era el gordito de Lost, No  aguanté, como mi hija mayor ama la serie, busqué el trailer, se lo mandé, y le dije que era triste, como le gusta a ella, el protagonista era el americano. También quise contarle que Ines, la esposa de mi profesor de literatura, hizo un sorteo y lo gané, para participar de una charla por zoom con la dueña de una librería conocida, y preguntarle sobre su oficio. Antes de eso, como nos recomendaban ver la película por Netflix "La Librería", le pedí que la mirara, le iba a encantar. Pero nada, no hay respuesta. Lo que me asusta, es que por ejemplo, en esa película preciosa, la protagonista, lo da todo de sí, y finalmente pierde la librería, en manos de gente de poder, que ya había puesto el ojo sobre la Casona Inglesa, con la idea de usarla para otra cosa. Sin embargo, mientras ella se retira llorando, sin cumplir su sueño, los ojos de una nena de 9 años que lo ve, y lo sabe todo, harán que más tarde, cuando joven, sea la dueña de una verdadera librería y cumpla, un sueño ajeno que se volvió propio. 

Eso me asusta. Ser el puente.

Todo esto que cuento una y otra vez es para que entiendan por qué, después de la muerte de un hombre que era todo para mi, un divorcio apresurado, yo diría "oportuno", detrás de aquella muerte, más la desaparición de la protagonista absoluta de este blog "Amelia", esta mujer -la que escribe, y está levantando la mano-, reconoce no ser perfecta, si derrapó, con tal mala suerte que logró, a pesar de todo eso, funcionar en automático hasta reventar para cumplir con todos los reclamos de las pequeñas dictadoras, como si nada pasara. Ese fue mi error no mostrarles que a veces la vida, te pega una cachetada de normalidad para volverte a tierra y recordarte que debes aprender de eso junto a ellas. Que lo vean como en un autocine.  y juntas aprendamos a aceptar, adaptarnos a lo que depara el azar. Sin perjuicio de que Silvina Ocampo a quien descubrí hace poco, dijera "Never explain, never apologize". Yo intento "explain y apologize ", with my childs. It doesn ´t work. Todo siempre sale mal. 


Mis amigas, como si fuera tan sencillo apelan a que encuentre un hombre nuevo que me llene ese vacío en el que estoy suspendida, repitiendo el mismo discurso que ni ellas soportan a esta altura. Entonces me entero, porque pico alto,  quiero el combo mariposas en el estómago y mínimo un velero. Y entonces me entero que Hugh Grant, tiene 60 años !!!!, que cree que "estaba atrapado en las comedias como en un zoológico", quien le explica que el nos debe esas comedias, "Nothing Hill", nos mantiene con vida !. 


The Boss, por otro lado, el enorme Bruce Springteen, con sus 71 años, cayó en una severa depresión, porque falleció su último mejor amigo. El tiempo vuela. La sensación es que me lo estoy perdiendo todo de mis hijas, pero no, ahí me detengo o trato y la sigo a Silvina Ocampo y su picardía, no me estoy disculpando, me salió lo que me salió, lo que pude. Pero como dicen no voy a cambiar el caballo en el medio del río, no es tan fiero el león como lo pintan.  Hijas les pasé la pelota y si bien no me disculpo, soy toda oídos para el trastorno que les pude haber causado. La idea es evitarnos los psicólogos a las tres.


Al final todo acabará bien, y sino es que no es el final. 


La villana

3 oct 2020





 Me volví fría y calculadora, egoista, me adapto a todo, no tengo escrúpulos, la necesidad ajena, el dolor del otro ya no me importan. No pido disculpas, o mejor dicho dejé de hacerlo. Ni un gracias o un por favor volverán a salir de mi boca. Hay un dicho : "A lo hecho, pecho". Estoy en una calle sin salida, no necesito ni pido ayuda. A esta edad,- o en el caso de muchos otros, tal vez antes - los problemas que me parecían imposibles, comenzaron a aparecer, y a comprenderse un poco mejor. Peleas entre hermanos, entre padres e hijos, reclamos varios, crueldades, palabras hirientes. Todo eso se me vino de golpe encima. Por suerte como villana, que me he vuelto, tengo alianzas con amigos de todo tipo, no perdí el carisma, a pesar de esta señora malvada en la que me transformé, creo que la gente se ha encariñado más conmigo que con el Joaquin Phoenix de la ultima saga de Batman. Soy una antagonista que se roba la pantalla. Tuve que serlo. Muchos me dicen que miento, que la esencia de la bondad y lo naive, nunca se pierde. No se dejen engañar, es probable que haya un puñado de villanos, que sean malos, recontramalos, envidiosos, peligrosos y psicópatas (que son de los peores porque es una personalidad irreversible, no tienen una patología psiquiátrica, no hay medicación que los enderece, disfrutan muchisimo del sufrimiento de personas que jamas les harían daño). Lo mío tampoco es para tanto, en general, creo que no hay persona mas sensible y sufrida que un malvado, o acaso no dicen que ¨los que odian, aman¨. He pasado por tantas cosas que ya nada me asombra, ni me importa, mucho menos el Covid 19, considero más letales a los adolescentes que han sido criados por mi generación. Yo nunca creí en la Iglesia, ni en los seres humanos que deambulaban en ella, ni en el discurso que nos llevó a todos a padecer hasta como un juego sexual perverso, el síndrome de la culpa. Creímos que si mandábamos a nuestros hijos, a un colegio sin religiones impuestas, no iban a sufrir nada de lo que veíamos hacer a monjas y curas. La última enfermedad que me atacó, casi me deja ciega Uveitis, los oftalmólogos que me recomendaron, se quedaban mirándome hasta que les salía decir un poco desubicados : "qué te pasó ?", me miraban y gritaban agarrándose la cabeza. Y yo en cámara lenta les respondía :¨qué no me pasó¨. Te agarraste una enfermedad autoinmune, por un pico de estrés. No me sorprendió. Tribunales te va matando de a poco, la presión, las injusticias, los brabucones, la ilusión desaparece, y en su lugar se asienta la amargura, esa que te apaga la sonrisa. 


Los divorcios duelen, la muerte de tu papa duele, la de la persona que te salvó, duele, todo junto más manejar una casa y seguir criando dos nenas sola, se transforma en una molotov. Y un día la mamá todoterreno revienta, las noches son más negras de lo que se ven, la tristeza no puede sobreponerse, se le cae la angustia encima y le pega al físico. Esa mujer también recuerda cuando sus papás tenían su edad, y sin asociarlo en el momento, de pronto nota que está hablando como ellos, gesticulando igualito, gritando las mismas  barbaridades que nos decían a mi y a mi hermana. Es que los hechos, lo que un chico ve hacer a sus padres, no es algo fácil de olvidar, y entonces con tristeza abrumadora, a sus 49 años, esta señora malísima que escribe  cree como sus padres entonces, que unas copas de vino pueden hacer olvidar  y aguantar todo, el agotamiento de un trabajo traidor, niñas que criar.... A la madre, que tiene que ser la mujer maravilla pero de un país del tercer mundo los días son tan cortos que no le dan tiempo a recuperarse. Entonces por primera vez en 10 años, perdes el control, gritas, lloras, no querés vivir así, el alcohol no te permite pensar, te deshinibe, y por supuesto vociferas cosas que a la mañana siguiente ni recordás, apenas superás una resaca. Tuve mala suerte. Yo también vi a mi mamá pasar por cosas feas, ellos no se divorciaron pero yo sabía que la cosa no estaba bien. La banqué en todo, era mucho lo que tenía que hacer sola. Sin auto o celular, se las apañaba para tener todo organizado. Ojo después también reventaba de la peor manera, había que internarla, y a la semana, en las noches yo lloraba porque la extrañaba, y dudaba, ella acusaba a mi papa, y a su suegra mi abuela. A los 9 años no me parecía que lo que decía fuera tan loco, Después lo viví yo, y eso que tenía facilidades con las que ella nunca había contado. Sin embargo, mis hijas rajaron ofendidas y avergonzadas, señalando con el dedito. Mi última enfermedad no las conmovió en lo absoluto, mucho menos mis noches de llanto y gritos, fueron más rápidas, yo era la adulta, no podía llorar, no podía enojarme o pasarme de boca contando cosas que traía desde la infancia encima mío, nooooooooo !. Tampoco entendieron que lloraba por todas, que por un tiempo fui secretaria de un juzgado de familia. Entraba 7:30 hs. y no sabía a qué hora volvía. Ahí, lo vi todo, divorcios, chicos llorando, madres asustadas, medidas cautelares por violencia, bebes sueltos por la calle con pañales puestos durante muchos meses, y aunque envíabamos radiogramas a la policía para sacarlos con la familia de las calles, todo terminaba en la nada, cuando la voz de un comisario me decía, "no podemos hacer nada, cómo los identificamos ?". De manera que me vi venir todo, y ese todo pasó, embistió como un Toro. Lo poco que quedaba de la familia desapareció.


Yo de chica sólo jugaba con ruedas de autos, andaba callejeando en bici, me trepaba a los arboles, me metía en casas que creíamos embrujadas, y no pedía nada, nunca. Pero a diferencia de mi padre, siempre creí que mi familia iba a ser feliz, yo iba a poder con lo aprendido de mi propia infancia, les di demasiado a mis hijas, no solo materialmente, el afecto, y el amor se palpaban y concretaban en la certeza de hechos, documentados en recuerdos de viajes, cumpleaños en MDQ, y muchísimas cosas más. Pizzas caseras, galletitas, garrapiñadas, la nostalgia de una infancia preciosa, eso les quería regalar. 


Mi exmarido es una mala persona, pero tampoco le da el piné para ser un villano de ley, en cambio a mí si. Y eso es lo que soy ahora. Ellas serán adolescentes, con la convicción de una abuela de plaza de mayo que recuperó a un nieto perdido en la dictadura, de la que nada saben en la práctica, porque por suerte no lo vivieron, se creen adultas, de hecho una me quiso rematar, sin saber que el voley me enseñó unas recepciones maravillosas, intentó decir algo asi : que con 18 años ella había crecido, que ya estaba, no tenia que saber nada más de la vida, sonreí, y contesté "si, de altura y de edad, eso no es madurar, o pensar en una adulta que se lleva el mundo por delante", por suerte mantenía el juego en mi cancha, y ganado el punto yo tenía para un grandioso saque de potencia, pero decidí terminar el juego, porque las palabras sin respaldo en hechos concretos no conducen a nada, solo nos íbamos a lastimar mutuamente. Sin embargo, como buenas armadoras saben del engaña pichanga de los pases en su cancha, solo esperan el momento en el que la villana baje la guardia para atacar. La diferencia es que la villana lo ve todo, y las comprende, ellas también están en su peor momento, y necesitan a sus padres. Es tremendo el drama que le meten a la situación. Necesitan alejarse, pasaron por un divorcio que se volvió feroz, encima necesitan formar una personalidad diferente a la de sus padres, aplomarse, encontrarse, decidir quiénes van a ser de aquí en adelante. Todo eso maléfica lo comprende, incluso que uno tiende a recordar más lo feo que lo bueno que le pasó.


Hace unos meses vinieron para mi cumpleaños, una de ellas,  me dijo  que le mostrara mi ropa porque se iba a llevar todo lo que pudiera, la otra aparentemente estaba feliz, porque ambas parecíamos estarlo también. Entre otras cosas le di una cartera tipo bolso enorme, y me preguntó si era de cuero "creo que si" contesté, y ella agregó "No porque yo cosas de ese tipo no uso, no creo en la necesidad de matar animales para hacer carteras", apelé al sentido del humor y para mis adentros pensé "bueno la vaca ya está muerta, no hagamos que su sacrificio haya sido en vano y agradezcamos el gesto usando la cartera". Como sea se la llevó. Después empezaron los roces, si digo "mira el gordito que bien la hace", la recontracago...."mamá, no le digas así, sabés que me molesta", a mi se me cae la quijada, no se si reirme, entonces la cago otra vez :"Pero si ni se entera, además ni lo conozco y el se expone solo en la tv". No, ante todo es un ser humano me gritan a coro y después viene lo imperdonable : "Sos una hija de puta", me agrando, hago de madre "a mi me bajas el tono y no me faltas el respeto". Me sonríe con desprecio y hace exactamente lo que le digo, mas bajito vuelve a repetir "sos una hija de puta". Escena terminada. Volvamos al padre, la misma niñita tan dulce en épocas pasadas, de la nada me manda un whatsapp que dice : "Sos una forra del orto, como vas a decir que mi novio es violento, es la persona que más quiero en el mundo !, no te voy a hablar más". Y la madre, intenta un "de donde sacaste algo así, yo nunca dije eso !". Me lo dijo papa. Y la duda querida ?, donde se te perdió la duda ?. Insiste : encima hablas mal de la nueva mujer de papa y ni la conoces, (parece que mis hijas tienen amnesia y se olvidaron todo de mi). Queridas hijas,  no se les ocurrió calzarce mis zapatos, y pensar por ejemplo la mayor : que harías si tu novio te dejara por otra ?, porque en mi caso es peor, yo me quedé sola y tu padre se volvió a casar con otra mujer, no debería ser al revés, y ustedes pensar más en mi ?. Pero ya no me pregunto nada, fui condenada  y acepto el papel con mucha dignidad, tienen razón soy una villana, que está tratando de saber si algún día podrá perdonar. Eso si me  voy a robar la película. Voy a ser el coronel "Hans Landa", de "Bastardos sin Gloria". Davy Jones, de "Piratas del Caribe", y por supuesto me quedo con "El Holandés Errante". No se asusten no voy por Hannibal Lecter. Si por Voldemort, sabiendo que lo interpretaba el buenmosicimo Ralph Fiennes. Mis loas a Freddy Krugger. Y por último me inclino ante Darth Vader, despiadado, oscuro, inteligente. Uh me estaba olvidando del inigualable payaso de "It", creado por el no menos carismático Stephen king. La verdad, debo confesar mi pasión por algunos villanos y he de agregar, presten mucha atención, en la nueva saga de Maléfica, yo en teoría haría su papel, y no sería la verdadera regia malvada, la peor de todas en la segunda parte, esa parte le tocó a la preciosa Michel Pfeiffer. Amo y amaré siempre a mis hijas, y por favor amigas, dejen de decirme que en un par de años cuando se peguen contra una pared maduraran, las conozco, se que sufren, pero si lo dejamos al azar del tiempo, que todo fluya, siendo malvada y todo, me puede atropellar un colectivo en la proxima esquina, mañana a la tarde. Alguna idea, para ayudarme a bajarme de una actuación que la verdad no merezco ?.....

 

Cuentos de Hadas suburbanas . Todos los derechos reservados. © /Desarrollo: Maira Gall / Ilustraciones: Lau Rolfo