Está sentada en Nucha de Barrio Norte. Afuera, hace mucho frío. Sin embargo, pide la ensalada de espinaca y queso brie que le gusta más que nada, por el sabor que le da la vinagreta con miel. Le trajeron pan, sabe que es riquísimo, pero se está notando más gorda. Se está viendo, groseramente adulta, su cara aniñada solo sirve para que le den menos edad de la que tiene, pero la edad real es una, de la que ya no se vuelve. La gente en general, los conocidos de toda la vida y los desconocidos que circulan de acá para allá la tratan como una mujer, ya no le sonríen con aquella mirada pícara que soberana dejaba entrever el guiño....ese que dice "me acuerdo cuando era como vos, te veo....". Ahora, es una mirada que se detiene resignada y mira a través de ella con paso cansino "estamos en los mismo, ya sabemos de que se trata todo esto ...o no ?.
Por un momento deja de pensar, y solo siente un paladar alborotado por el crujir de la garrapiñada de frutos secos que contiene la ensalada, con palta y cebolla morada.
Se detiene, en ese momento, y ve pasar gente, que en esta parte de Buenos Aires vive a otro compás. La música se ejecuta a un tiempo diferente...un allegro pero aletargado sin urgencias ni arrebatos. Sin sobresaltos.
Esa tarde, había salido demasiado temprano del trabajo, y ya tenía la idea de almorzar. El frío le reclamaba un risotto de champigñones y portobellos con un hilito de aceite de oliva y mucho queso parmesano.....no pudo ser, mientras caminaba por Arenales pasó por su lado una chica de unos contados veinte años, arrastrando una elegancia prematura e inconciente, parecía que se deslizaba ....acompañada por unas hermosas piernas largas. Isabella, tomó su estómago y se hizo un nudo que remató en un moño a prueba de risottos y guisos de estación....La ensalada estuvo bien, pidió un cortado y salió. Mientras caminaba, se detuvo a saborear el pastel de papas que Amelia estaría preparando para la noche, el nudo en el estómago ya había desaparecido. Era feliz, en el fondo aquella chica con la frescura de una piel lozana, la había intimidado, pero no quería ser otra que la que era ahora.
Disfrutaba la comida y la preparaba como nunca. Antes, no se salía del churrasquito con ensalada de lechuga y tomate.....
Su vida se había llenado de colores, después de vivir bajo un tremendo calabozo en blanco y negro. Se había vuelto techie, y aunque no tuviera la habilidad de los veinteañeros o los adolescentes, estaba al tanto de cuanta aplicación deambulara por el mundo friki, la última en su haber, superaba al GPS. Se llamaba Waze. Era genial porque se actualizaba permanentemente con la información de los usuarios, y le cantaba desde un embotellamiento hasta el consabido piquete de las mañanas en Callao y Corrientes.... Era twittera, instagramera, facebuquera.....absolutamente frívola en pinterest y estaba leyendo "Alta Fidelidad" de Nick Hornby, origen de aquella película de culto, en la que, como siempre se lucían John Cusack y Jack Black....
Antes no le gustaba más que estar tirada en su casa, leyendo, jugando con las nenas, cocinando, tejiendo o dibujando......Salía mucho los fines de semana, pero cerquita cosa que con auto se llegara tranquilo....
Ahora, se arriesgaba un poco más, llegaba hasta los aeropuertos y si le proponían una noche en tokio, aunque se perdiera, siempre habría un actor en decadencia, contratado para filmar una publicidad de whisky sentado en una barra con ganas de encontrarse con alguien como ella o no ?, y sino japón de todos modos valía la pena, incluso la vida.......Así que de pronto, le fascinaba viajar. Si claro era miedosa, pero se tragaba el susto del avión debajo de un par de pastillitas y un buen trago......Sabía perfectamente, quien era, qué quería y cómo lo quería... Entonces recordó que iba camino a terapia, y no para ver precisamente a Gabriel Byrne....
Silvia, era un encanto, le decía que recordara todo lo que la había molestado en la semana y lo conversaban.....No se acordaba nada, y lo poco que podía contar a esta altura le parecía una tremenda estupidez, después de todo por qué estaría mal que ante tanta suerte en su vida, una mala respuesta de algún conocido o desconocido, el resentimiento de algunos o la amargura de otros debieran conversarse y hacerse desaparecer ?.... Bueno tal vez la idea no era hacer desaparecer la angustia o la desesperación que algun idiota pudiera provocarle, sino conseguir una explicación, dejar de hacerse mal uno con inventos sobre historias que justificaran actitudes ajenas......
Todo era cuestión de perspectiva y de contrastes.....Y al final uno siempre tenía eso : volver a casa, llena de macarons de chocolate y pistacho, sonrojada por el piropo dulce de un chico del garage en el que todos las veces dejaba el auto, y a Margarita una bretona de ojos claros que en este acto debia estar jugando con las nenas.......Si, claro que Isabella era feliz...
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