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Pandennials y más.....

22 abr 2020






Ella, tan apegada a su rutina, tiene un nuevo hobby, comprar cosas por internet, perdió una generala y la doble, con un aplique para sacar su vieja lámpara de la mesa de luz, un descuido, un tipo que le  hizo millones de descuentos, lo que esperaba no era una bolsa de kiosco, con algo que no sabría decir con certeza que parece algo para iluminar. Después se dejó llevar por la explicación de alguien que desde un tutorial de youtube, le contaba qué hacer cuando las rosas, la menta o el alcanfor, derrochan sus hojas porque es un imperativo del otoño. "Entonces chicas, no tiren esas hojas, pongánlas en un bandeja con papel de cocina en el microondas y cuando estén crocantes como las papas fritas, las sacan, las van guardando como oro en polvo, en el frasco más lindo que tengan, para terminar haciendo una sahumada de perfumes exquisitos con unos carboncitos, que no salen nada y hete aquí una casa refrescada con la menta y el alcanfor". Como sus rosas cayeron hace tiempo, y no tiene ni menta ni alcanfor, apostó por los detalles lindos de una marca conocida : le ofrecía una bolsita para dos sahumadas, con sus carboncitos correspondientes. Todo parecía maravilloso. Llegó un gordito en una moto, con barbijo y guantes. Se lo entregó veloz, y partió. La bolsita y los carbones eran mucho más chicos de lo que se veían en la página on line. La chica, que entonces le pareció un amor, le había explicado que podía hacerlo en cualquier cuenco de cerámica que tuviera. Entonces, aburrida de lo mismo siempre, decidió sahumar su casa. Lo pensó "hechizo", para sacar la mala onda.  Una vez que encendió el carboncito,  quedo atrapada dentro de un humo negro que se esparció por toda la casa, de pronto sintió terribles ganas de vomitar, ante la posibilidad no se lo pensó mucho, salió con su perra, y dejó abiertas todas las ventanas de la planta baja. Hubiese preferido la densa neblina, que tanto acaparan los escritores londinenses y sus ciudadanos. Cuando volvió, el humo, seguía impertérrito. 

 Decidió dejar de hacerse esto, no lo necesitaba, corrió al chino de la esquina y compró un producto artificial, con perfume de jazmin para su pequeña maquinita que se apoya en uno de los estantes de la biblioteca, incluso una puede sincronizar hasta el tiempo que desea que el perfume se expanda, la tenía hace tiempo para cubrir el olor persistente de la bretona sin bañar desde que esto comenzó.

Listo perdió sus generalas, de aquí en más, mantendrá cordura con voluntad, y abandonará las compras on line.

Al final empezó de atrás para adelante, resulta que iba a hablar de los pandennials, se imaginarán que no se trata de otra cosa que de los bebés que han nacido dentro de esta cuarentena, los llaman la generación C, y aparentemente ya tenemos otro motivo de conversación, ensayos, estudios. Bueno después de todo un bebé de mes y medio, como cualquier otro, no debe en principio salir mucho de su casa, pero vieron como funciona la creatividad de los periodistas para vender. 

En lo que lamentablemente estoy de acuerdo, es en la vida con adolescentes. Esos que en días normales, no aparecen en su casa sino para cenar, bañarse y dormir. Los mismos que odian a sus padres, porque así debe ser, tienen que forjar su propia personalidad, esa que les provee la calle y las salidas con amigos. 

Según el diario, los padres no saben que hacer con ellos, porque muchos hasta almuerzan y cenan en sus cuartos. Ese refugio que se han construido, para combatir esa guerra contra los padres que los define, los determina.

Ella sigue sola, sus hijas con la videncia de un brujo, decidieron escapar a vivir con el padre antes de la cuarentena. Plantaron bandera e hicieron la revolución. 

No sabe nada de ellas, pero ya se paró, tiene que seguir con su vida. Hace rato dejó de llorar. Lamenta que después de transmitirles el amor por la lectura, las películas y el arte en general, se entere por su mama, la abuela de estas dos pequeñas Che Guevara, y Fidel Castro, hayan adoptado una actitud de desprecio hacia ella tan radical. Y la mayor, con dieciocho años, histriónica y prometedora para la actuación decida estudiar psicología. Es posible lo confiesa, que esa punta que le tiraron, sea doblemente dolorosa porque la nueva esposa de su exmarido, es psicóloga, con un currículum que lejos supera a jung o al bueno de Sigmund, especialmente en la parte tragicómica que dice que es especialista en Revinculacion parental ( un invento bien porteño ).Una que no debe ser muy buena, porque no mejoró ni colaboró para que sus hijas vuelvan con su mamá, algo de lo más extraño, en fin despreciable.

Si bien las cartas están tiradas, ella se guarda el as, está segura de lo que les transmitió. Para eso le bastó con leer, la revista de "La Nación" de este fin de semana pasado. Allí apareció un enorme Bernhard Schlink. Y ella extractó muchas cosas de esa entrevista, porque le recuerdan mucho a su papa.

Entonces el periodista antes de empezar, escribe "al momento de narrar, el autor que ejerció como juez durante 18 años, deja de dictar sentencia y pasa a presentar diferentes dilemas morales con una escritura elegante y sencilla. Una madre, que un día se despierta y se da cuenta de que ya no quiere a sus hijos, y que fue solo el deber lo que la mantuvo unida a ellos; un hombre que al enviudar descubre, la vida secreta de su mujer y le escribe cartas al amante para saber que pasó entre ambos; un amor sensual entre un adolescente y una persona mayor con un pasado nazi. Lo complejo está en los cuestionamientos que emergen de sus relatos, y ubican esta vez como juez al lector. En el universo schlink amar es siempre complicado". Luego agregará, ya contestando la entrevista, "que la literatura nos ayuda a ser humanos, y el derecho a ser humani, tarios. La literatura  es importante para saber quiénes somos. Cuando leemos, cuando escribimos, jugamos con diferentes opciones, posibilidades y oportunidades. Y de esa manera entendemos más quiénes somos". Por eso ella, siempre quiso estudiar, arqueología, sociología,  filosofía y letras, para entenderse y, más aún a los otros.

Entonces se le viene a la cabeza, lo que su hija menor le dijo la última vez que vino a su casa :"Vos también hiciste cosas malas". Eso fue lapidario, la desubicó, no supo que contestar, pero debió haberle dicho : "Quien puede definir qué está mal o bien, incluso en las cuestiones que tienen que ver con el amor, de padres a hijos y viceversa, de padres entre si o con otros ?. O acaso no hubo esclavitud, y la sigue habiendo solapada y descarada en diferentes formas, y la caza de brujas, el medioevo con toda la información de libros que sólo tenían los sacerdotes ? la matanza nazi ? (eso que el escritor dirá una y otra vez, que es una herida, un sentimiento de culpa que vive toda su generación, y que las futuras ya no, porque todo se habrá olvidado), quien puede atreverse a arrojar la primera piedra ? Dos adolescentes rabiosas, que todavía no saben, lo complejo del mundo, los dolores profundos, la falta de comida y dinero.La imposibilidad de conseguir empleo, pagar impuestos y alquileres ?. Entonces entendió que no puedo hacer otra cosa que esperar, sin imponer, ni tironear, confiar en ellas y, en si misma.....A veces es delicioso que te vean como villana por un tiempo, un placer si la ven como Angelina Jolie, mejor todavía si logran ubicarla en la segunda parte, donde se caen las caretas, y aparecen los verdaderos villanos......              

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