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Y entonces nos fuimos...

14 dic 2020


 








Era un día más,  pensé. Pero no, fue un día de esos que no se van a olvidar. Fui a buscar a Agus porque sus horarios son insólitos,  era el cumpleaños de alguien en paintball o algo así, Agus estaba desesperada por ir,  había que dejarlas en el colegio  18.30 hs. y volver a buscarlas al mismo lugar a eso de las 22.30 hs. de la noche. Me habían invitado a una joda de madres solas, "tenés que traer una bebida alcoholica, veni que te vas a divertir ". Había quedado en pasar a buscar a las más grandes que salen más tarde, llevarmelas a casa, con ropa que iban a dejar en manos de Amelia a las 16 hs., y yo me encargaba de dejarlas más tarde en el colegio para que el micro las depositara sanas y salvas en el cumpleaños, eran tres,  Valentina, Agus y Miranda. Fue un día pesado en el trabajo, llegué tarde, estaba cansadísima, la previa a la Pascua todos se fugan temprano,  yo hice lo mismo que todos. Y todos, nos encontramos en la Av. Córdoba, con un sol arrasador. El cansancio me mataba, colaboraba para desorientarme, no me acordaba a qué hora tenía que ir a buscarlas,  decido aprovechar el tiempo que me sobra a paso de hombre en el tráfico, y mando mensaje a una de las mamas preguntando, tarda en contestarme, interin me caen otros mensajes: "Ani, podés llevarte a Mimi que yo no llego al Colegio ?", contesto en automático, "si no hay problema".  Atrás cae otro,  yo sofocada adentro del palio que suspira como soplando velitas un poco de aire acondicionado. "Ani, cambio de planes Valentina no va !, pero la podés pasar a buscar igual y yo después me acerco a tu casa y me la llevo ", respuesta entumecida en un auto chiquito :"Ok, no hay problema", a esa altura me contestan que hoy las nenas salen cinco y cuarto, suspiro aliviada, no aguanto más, y un poco me asusta mañana armar todo y salir con las nenas a MDQ, las tres solas.

Sigue todo parado, y la angustia toma el palio por completo, me acuerdo de las últimas peleas con Agustina. Se volvió, terriblemente pro mujer, fatalmente feminista en el peor de los términos, y yo justito empecé a cambiar de opinión. Claro que me gusta ser independiente Agus, pero a veces también necesito que me cuiden, que nos cuiden, que un buen hombre empiece a pensar un poco por mi. Mi disco rígido en este momento está totalmente rígido, y más limitado que el de una "commodore 128". No recuerdo las cosas, no me interesa tener que saber detalles sobre el extremo del auto, si también me pasó que llegando tarde al trabajo, sentí que al doblar la rueda hacía un ruido como "ploc, ploc, ploc". Lo tiré en una cochera y corrí como alma que lleva el diablo al edificio de lavalle 1220. Pero me apremiaba la preocupación, así que a media mañana baje con un amigo, que se dio una vuelta dentro del garage,  y me dijo : "es el extremo, cuando doblas hacia la izquierda, es como que la rueda se quiere salir", la que se quiere salir soy yo !!!!, me mira y se ríe, "no es que se va a salir la rueda volando y vos te vas a estrellar, no, vas a doblar y vas a sentir como que el auto se cae y se frena, nada más", pero "llevalo al mecánico, y anda despacio".

Por eso Agus, mi amor, a veces las cosas son un poco más raras de lo que parecen y más difíciles de solucionar, no me siento feliz de la vida por poder hacer todo lo que vos admiras en mi. Es raro, pero es así. En eso cabilaba, cuando recibo el último mensaje de una de las madres "Ani, deja me cancelaron, la voy a buscar yo a mimi". Llego justo cinco y cuarto, me quedo escondida en el auto, y entonces viene Lau, la del último mensaje y se sube al auto, hablamos de las mismas cosas, de esas que no hacen los hombres, del cansancio, y de cumplir de más con nuestras hijas. Al final, 18.30 hs. la deposito con sus amigas que ya están ahí, para partir a dispararse con colores en paintball". Desisto de la joda con madres, estoy agotada, y le mando un mensaje inocente a Marcelo para que me traiga a Agus a las 22.30 hs. y lleve a la amiga con su papa (también separados). Me quedo con Caro que quiere ir a comprar huevos de pascua y cuando llegamos, nos encontramos de frente con Marcelo, y la amiga (que es tan comprensiva y lo contiene), Carolina que los mira asombrada y yo, que como una lady con la boca del estómago en llamas los saludo con un beso, y soy la única que habla rápido y se retira derrotada con una nena apenada que ya ni recuerda a qué íbamos y cómo es que nos saludamos con el papa, como si fuesemos amigos, así nada más.

El final : "Mami, como puede querer una persona a otra que dejó a su familia ?", una grande, todavía en su envase original y sin alterar contenido, incorruptible, con sus nueve años a cuestas. Sin eliminar, un razonamiento impecable, trate de explicarle que las cosas que hacemos los adultos, no se mueven por la pura lógica. Nos fuimos en silencio, yo trataba de contener unos hilos de lágrimas, y por eso no me di vuelta a ver cómo estaba Carolina.

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Cuentos de Hadas suburbanas . Todos los derechos reservados. © /Desarrollo: Maira Gall / Ilustraciones: Lau Rolfo